No sé si os habrá pasado alguna vez, pero me suele pasar. A veces doy con una música, una música que me llega al corazón, entonces la pongo una y otra vez, seguidamente, sin parar. Puede quizás que parezca un comportamiento algo irracional, pero pienso, ¿qué es lo racional? Si una música te llega al alma te conmueve, la puedes escuchar infinitamente y cada vez que la oyes, cada nota te hace vibrar y la sientes como si la oyeses por primera vez.
Me pasa lo mismo con ciertos momentos que capto en fotografía, los capto porque son momentos que percibo en lo más profundo del corazón. A veces se trata simplemente de una luz, un reflejo..., algo insignificante. Pero que me resultan un instante único, que por más que los miro, me hace vibrar el alma como si los viese por primera vez.