viernes, 25 de noviembre de 2011

Volando con buitres...

Así es como nos sentimos, situados estratégicamente en las alturas de aquel peñazco... Desde allí pudimos observar los impresionantes vuelos de los buitres que se acercaban para posicionarse vigilantes en la verticalidad de la caliza, donde ya mismo se centran en la labor prepararativa de sus nidos, pues ya mismo comienzan el cortejo nupcial en el que machos y hembras realizan vuelos simétrico planeando con elegancia sobre la inmesidad.

Aquel día decidimos emprender una subida sendeando a través de la sierra de Grazalema para colonizar el pico del Adrión. Durante el ascenso atravesamos un impresionante madroñal el cual por estas fecha se realzaba con sus llamativos frutos, algunos cornicabras ya se había teñido de color, y algunas macrolepiotas ya se desenterraban en los lugares más sombríos...

Una vez atravesamos el bello madroñal, el paisaje se cubrió por un momento de musgos y una inesperada humedad, inesperada pues ya casi en la cumbre no encajaba de encontrar un rincón de tales características, puede que fuese un punto donde al resguardo de las grandes paredes rocosas se retuviese a sus pies esta especie de microclima...

Conforme nos acercábamos a la cumbre, el paisaje, consistente en ese momento en una concentración de deterioradas encinas devastadas por los temporales y marcadas por viejas cicatrices, iba desapareciendo y transformándose en terrenos asolados aunque con algún esparcimiento arbustivo y salteado de algunas formaciones rocosas. Un fuerte viento asotaba con fuerza, y cuando nos acercamos al precipicio donde nos debíamos situar, la incesantes rachas nos hacían perder el equilibrio de entre los salientes y canchales que conformoban la caída, hasta tal punto que debíamos buscar agarre donde fuese para no desprendernos, o en el mejor de los casos que algún accesorio de nuestros equipos rodase alegremente hacia abajo...



Tras encontrar un punto donde parecía el viento nos dejó de mortificar un poco, pareciose nuestros cuerpos necesitaban recuperarse del sobresfuerzo con algo de alimento, una pierna por aquí, una mochila enganchada por allí, el bocadillo apoyado en las plantículas de al lado..., sí, no era muy común este fenómeno, algún buitre nos miraba como si por sus cabezas pasase..., pero quiénes son estos seres que han resurgido de entre las rocas...??? Allí nos situamos en primer lugar, para luego irnos desplazando hasta otro punto más estratégico donde teníamos mejor visibilidad y podríamos alcanzar nuestro objetivo, poder observar la deslumbrante llegada de los buitres...

Aquí abajo os dejo algunas tomas, algunas acompañadas del pantano de fondo, otras adornadas de los campos que quedan bajo sus miradas...


Espero que os hayan gustado estas imágenes, y recordad que a partir de ahora en el que las buitreras ya se ponen en en marcha, es mejor no molestarlos y realizar excesivos acercamientos o incursiones en esta, mejor observarlos desde una distancia prudente con un telescopio o simplemente levantar las cabezas para deleitarnos con sus vuelos..., recordad que hay que saber observar la naturaleza, para ello lo mejor es conocerla... Y como siempre, gracias por visitarme...

6 comentarios:

José María Fernández Zapata dijo...

Bonito día y mejores recuerdos de tiempos pasados.

José ramon Sánchez villalba dijo...

Este es un bello paseo el que nos muestras, y las fotos de los buitres muy buenas

Ornitocampero.blogspot.com.es dijo...

Que bonito paisaje y esas fotos a los buitres viendoles la espalda.....muy guapas!
Saludos camperos.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Esmeralda, deliciosos textos para acompañar las fotografías.
El vuelo de los buitres... majestuoso.
Habrá que intentar ver el vuelo nupcial en Enero.

Besos

manuel mateo dijo...

Como siempre nos deleitas con tu prosa y tus imágenes.¡Muchas gracias!.Saludos.

Lourdes y Jesús dijo...

Bonitas imágenes. Seguro que fue toda una experiencia. Te han quedado unas fotos de vuelos muy bonitas. Enhorabuena y gracias por compartirlo.

Saludos

Lourdes y Jesús