lunes, 24 de noviembre de 2014

Noviembre, ¡queremos setas!

Noviembre, mes de las setas. Si las lluvias son abundantes y el año anterior tampoco escasearon, podremos disfrutar por estas fechas en nuestros paseos de campo, de diversidad de especies con sus curiosas morfologías y colores. Este año no se dieron mal, y el campo está bastante concurrido de estas. Pero a su vez, esta afluencia de setas genera otra afluencia y multitud, multitud de seteros y aficionados que se lanzan al campo para llevarse en su cesto cuanto más setas mejor.

En Andalucía no está regulada esta reciente masiva afición a recoger setas, se organizan salidas micológicas, familias enteras van a recolectar para degustar este sabroso manjar. Al final tenemos que el monte por estas fechas se llena de recolectores de setas, profesionales, aficionados, aventureros..., pisando el monte, desechando especies porque no se conocen bien, armando ruidos, arrasando...

Quizás debamos ser consciente de que las setas como cualquier recurso en la naturaleza,  se puede esquilmar hasta tal punto de agotarse. Seamos entonces consecuentes, y cuando vayamos a recolectarlas, no cogerlas por coger, no intentar llenar la cesta hasta que se desborde, con tal de degustar unas cuantas será suficiente..., y así seguramente al año siguiente seguiremos disfrutando de estas exquisiteces, y nos sabrán mejor...




miércoles, 17 de septiembre de 2014

Bajo el Páramo de Masa, Poza de la Sal


Quizás dirán ustedes, ¿qué significado puede tener esta foto que hoy Esmeralda nos trae aquí?, ¿qué querra decir con ella...? Pues bien, esta imagen que puede parecer una insignificante fotografía de paisaje de una población rural, refleja uno de los momentos más entrañables que pudimos disfrutar durante unos días que nos tomamos de vacaciones para disfrutar de eso que nos apasiona, la naturaleza. Tras haber recorrido desconocidos rincones por la Montaña Palentina, donde tuvimos gratas sorpresas y momentos inolvidables, culminamos en segundo lugar por tierras burgalesas. 

Fue realizada esta fotografía cuando nos dirigíamos camino a Poza de la Sal. Desde lejos se puede observar, cómo el Páramo de Masa acoge en sus faldas a un gran montículo rocoso. Sobre este se sitúa un impresionante castillo defensivo, y bajo sus pies, se divisa el entramado de casas y callejuelas que componen la bella villa. Desde las alturas también se pueden observar un sinfín de fuentes y cristalizadores, donde se dejaba evaporar las aguas que emanaban cargadas de sales para extraer sal, actividad principal desde antaño y que da nombre a la población.

Pero aparte de las casas, típicas y genuinas, las callejuelas del pueblo, las fuentes y cristalizadores de sal..., aquel peñasco rocoso central fue centinela de la infancia del inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente. 

Tuvimos la suerte en esta visita a Poza de la Sal, de conocer a una persona muy cercana a Félix. De su mano nos enseñó amablemente el pueblo y nos contó cientos de aventuras de su infancia y su juventud. De sus correrías cuando eran niños y de sus adiestramientos de los halcones y azores que tanto admiraba y le apasionaban a Félix. Con ojos algo triste nos contaba el día que se enteró de su muerte. Pero de todo lo que su buen amigo nos relató, hay algo que me quedó muy grabado.... "Félix siempre quería hacer lo imposible, no había nada ni nadie que se lo impidiese..." Quizás fue por ello por lo que consiguió lo que nadie consiguió, llegar a donde nadie llegó, en su lucha, contracorriente y contra toda una España entera, y dar comienzo a un cambio de mentalidad. Cuando toda especie era considerada alimaña y exterminada, donde no existía conciencia ni admiración por la naturaleza. Es por ello que no debemos nunca olvidar, la imagen del gran Félix Rodríguez de la Fuente, el gran sabio, que marcó un punto de inflexión un antes y un después, en la vida de la naturaleza.

martes, 19 de agosto de 2014

martes, 5 de agosto de 2014

Del color del pasto...

Recorría yo con el coche, por una de esas carreteras algo solitarias que atraviesan la conocida ruta del toro aquí en el sur. Recorría lentamente con mis prismáticos cerca, por si en alguna ocasión divisase desde la cristalera del coche, algún ave rapaz cerniendo sobre ese paisaje de mosaico, de monte bajo mediterráneo y pastizal. Y observando conejos y perdices, que corrían para camuflarse entre la siega al escuchar el ruido del ser metálico que se les acercaba.

Pude ver en mi correría un águila culebrera impresionante, volaba bajo y mostraba un plumaje perfecto, un impecable plumaje blanco y contrastado con el marrón chocolate de su cabeza precioso. Veía yo a la rapaz con esa luz de agosto del atardecer, y con sus grandes alas desplegadas mostrándome toda su belleza. Pero fue algo lo que me detuvo en el camino. En un abrevadero en medio de uno de los pastizales, permanecían apaciblemente dos considerables toros sementales. Me llamó tremendamente la atención uno de ellos, y fue el color de su capa. El portentoso semental tenía su pelo exactamente del mismo color del pasto que le rodeaba. El sol del atardecer de agosto lo iluminaba a igual que la hierba, ya seca y amarillenta, reflejando una tonalidad cálida, suave. Una tonalidad cálida y aterciopelada que se reflejaba en su lomo, en su portentoso cuello y su desmesurada cabeza que me miraba fijamente, como diciendo quién eres tú que me miras..., qué me estás observando tan descaradamente... Sin duda, fue una estampa que me dejó pasmada, en esa tarde de agosto, de sosiego y de serenidad.


martes, 29 de julio de 2014

Cuando un árbol muere, no muere de verdad



Cuando un árbol muere, no muere de verdad. Se produce una sucesión de la vida. Esta paradoja tiene su explicación, y es que cuando un árbol muere surgen un sinfín de vidas entorno a el. Microorganismos comenzarán su descomposición, la materia orgánica caerá y formará un suelo lleno de nutrientes que se incorporará al ciclo de la vida. Un suelo rico en materia y lleno de biodiversidad, un suelo en el que  muchas especies crecerán y vivirán. Los viejos tocones y ramas, servirán de refugio a multitud de especies, micromamíferos, y medianos mamíferos también, usarán sus huecos y criarán en ellos. Las aves entre ellas las rapaces nocturnas como el cárabo, anidarán en sus oquedades o dormitarán en ellos. Los picapinos seguirán taladrando sus viejos troncos y usando sus huecos para anidar...

Y es que un árbol muerto, no está muerto, tiene su función en la naturaleza porque produce vida. La naturaleza es sabia, y en ella todo tiene un verdadero y lógico sentido.

jueves, 3 de julio de 2014

La Janda

Ayy la Janda, que sería de la impresionante laguna hoy, si allá por los sesenta, bajo el régimen franquista no se hubiese decidido su desecación. Uno de los más importantes humedales de Europa, era casa de grullas, de avutardas, y de miles y miles de especies migratorias que yacían en su lecho y sus orillas, cuando venían y cuando se marchaban antes de partir. Ayy la Janda, ahora son campos de arroz los que la ocupan, y cultivos como el maíz, seguramente transgénico... Un paraíso modelado y destruido por hombre, que atentó contra el y que ya no podrá recuperar, uno de los rincones más valiosos que tuvimos, y que muy tristemente, desapareció.





jueves, 26 de junio de 2014

martes, 27 de mayo de 2014

La "tropa" también

De recorrido mañanero por marismas y entorno de Doñana, dos jabalíes hallábanse en medio del secarral, recién segado y a pleno sol. Desde la ventanilla del coche solo dos se apreciaban, hasta que ante la presencia del vehículo decidieron marchar. 



La sorpresa fue cuando de detrás de las hierbas ya secas y con cierta altura, salieron a la marcha un grupo de rayones de menos de tres meses de edad. En la piara se encontraban pues una hembra y sus cinco rayones y dos individuos más, seguramente alguno macho joven del año anterior.



Se fueron alejando así los jabalíes hasta que más apartados de nosotros se volvieron a parar, y siguieron comiendo los restos de la siega, a plena mañana y a pleno sol.





Como siempre, gracias por vuestra visita.

jueves, 15 de mayo de 2014

Bajo su mirada...

Bajo su mirada, la joven cigüeñela corretea tranquila por el limo gracias a sus ya largas y finas patitas. Corretea de un lado para otro, picando pequeños invertebrados y rebuscando entre las algas que se acumulan en los esteros. Cuando la madre cigüeñela alerta de algún peligro, da la voz de alarma y la joven cigüeñela corre a buscar refugio entre las sapinas o salicornias propias de terrenos salinos. En alguna ocasión la madre cigüeñela se aparta de su retoño lanzando agudos y sucesivos reclamos y dando cortos vuelos. Pero lejos de parecer que abandona a su pequeño ante el peligro, lo que pretende es llamar la atención a la amenaza y apartar al posible predador lo antes posible de la vulnerable y pequeña cigüeñela. Cuando el peligro ya ha pasado, la llama, la diminuta patilarga acude a su reclamo, y poco a poco con apaciguados silbidos se la va llevando lejos de allí.





Como siempre, gracias por vuestra visita.

martes, 6 de mayo de 2014

"Hasta el 40 de mayo no quites el sayo"


Cuantas veces habremos llegado a escuchar a nuestros mayores este célebre refrán, y es que ha sido bastante cierto hasta la actualidad, que hasta que no es bien finalizado el mes de mayo la etapa estival no se manifiesta plenamente. Pero es también cierto que este refrán poco a poco irá perdiendo celebridad, pues la primavera cada vez es más corta y la etapa veraniega cada vez más larga. Esperemos que podamos seguir disfrutando por muchísimos años más de primaveras, tan necesarias para la biodiversidad, y que ese cambio climático que se avecina no llegue jamás, para que la tierra siga siendo, lo que todavía es.

Por cierto, ya escucho a las chicharras cantar...

miércoles, 26 de marzo de 2014

Dulce vida, mundo rural...

Por el mundo rural. Por la cría animal de una manera donde los animales no sean tratados como meros productos, criados en instalaciones cerradas sin luz y en pequeños espacios donde se golpean ellos mismos del estrés que sufren, y donde se manipulan de una forma indigna. Está en nuestras manos adquirir productos que procedan de la cría en extensivo. Estamos llegando a unos extremos en los que parece ser la carne es el alimento básico de nuestra dieta, pero hay muchos alimentos que podemos incorporar en la alimentación sin necesidad de comer tanta y tanta carne como comemos. No se trata de hacerse vegetariano y no comer carne, simplemente de comer menos carne y usar otros alimentos que lo suplan, y cuando consumamos carne, lo hagamos de animales que no han sido explotados y criados de forma industrial. Todo ello también repercutirá en nuestra salud pues llevaremos una alimentación más sana, consumiendo alimentos de calidad y que no son tan tratados.  

Y muchos dirán, que no hay alimento suficiente en este mundo para tantas personas y hay que recurrir a este modo de  cría industral. Mi respuesta es que sí hay alimentos de sobra, el problema que existe es el gran derroche que existe y la de alimentos que se tiran a la basura. Y como ejemplo podría poner los malditos descartes en la pesca, en los cuales en estos momentos y porque no se ponen de acuerdo aquellos que están en el poder, se tiran al mar derrochando miles y miles de toneladas de peces ya capturados, que podrían servir de alimento a miles de personas...

Os dejo esta serie de imágenes, donde estos cochinillos lechones de diez días, vivirán libres en la dehesa, que si que cuando lleguen a adultos serán sacrificados, pero han tenido una vida, digna, como seres vivos que son.








Como siempre, gracias por vuestra visita.

martes, 25 de marzo de 2014

Tiempo de orquídeas...

Y llegaron las orquídeas... Son solo estas las que por ahora conseguí fotografiar este año, seguiremos las andanzas tras estas preciosas floraciones...

Himantoglossum robertianum (antigua Barlia robertiana)






Ophrys speculum



Como siempre, gracias por vuestra visita




miércoles, 19 de marzo de 2014

La liebre


Corretean las liebres en celo. Corretean extensos campos, corretean las tablas de arroz, corretean los olivares y naranjales, corretean los campos de cereales. Es en estos últimos, los campos de cereales, donde las liebres se esconden encamadas y donde dejan a sus lebratos ocultos durante el día mientras sus madres reponen fuerzas y energía, esa energía que necesita una madre liebre para correr y darse a la fuga y para sacar adelante a su prole. Se esconden las liebres y sus lebratos en el campo sembrado, hasta que un día viene la segadora, y siega y siega el ya desarrollado cereal. Siega el cereal, pero también levanta a las liebres escondidas bajo sus espigas, levanta solo a aquellas liebres que se han percatado de que las máquinas acechan y se están acercando. Pero aquella liebre a la que aún no le han llegado los rumores de las cosechadoras, aquella que confiada yace en el campo escondida esperando a que el peligro se vaya, y aquellos lebratos que esa mañana la madre liebre dejó escondidos, son aplastados, y llevados a la muerte por las palas de la gran máquina segadora. 

Pero son también las liebres desdichadas no solo cuando pasa la segadora. También llega su desaventura cuando los galgos corren tras ellas, galgos perfectamente cualificados y seleccionados por el hombre para su captura, que luego el mismo hombre cobrará. Pero, ¡ay! también del galgo que no corra y que haya caído en manos de un galguero sin escrúpulos y sin conciencia, también la desdicha llegará a el si no alcanza a la liebre. El ingenuo galgo que corre tras la liebre por su más y puro instinto, si no corre lo suficiente para darle caza sufrirá las más terribles consecuencias y sin saber por qué. El galgo confiado y fiel a su dueño, ajeno a lo que le viene encima será abandonado, y en el peor y muchos de los casos maltratado, quemado o ahorcado.

Como siempre, gracias por vuestra visita.


martes, 4 de marzo de 2014

El bullicio de la naturaleza

Creo que debo ser la única gaditana que en vez de ir, huye del carnaval, pero es que a mi eso de los bullicios bien poco me gustan. No sé si será eso de la edad..., pero para mí el único bullicio placentero es el bullicio de la naturaleza. En el bullicio de la naturaleza en vez de atravesar calles llenas de gente, atravieso campos repletos de vigorosos árboles. En el bullicio de la naturaleza, en vez de escuchar comparsas, escucho aves cantando al compás. En el bullicio de la naturaleza el único pregonero es el cárabo, que proclama la caída del atardecer y la entrada de la noche. En el bullicio de la naturaleza, las únicas coronadas son las copas de los árboles por las aves al posar. En el bullicio de la naturaleza la cabalgata la componen los ciervos en manada, los zorros ladradores, los tejones campeadores y la piara de jabalí, que bufan y hozan en la tierra en busca de alguna raíz, o quizás alguna lombriz. Creo que sí,  no hay bullicio que me guste más...




martes, 25 de febrero de 2014

Mundo rural


Como habréis podido observar muchas de mis imágenes se enmarcan y reflejan el mundo rural, creo es una de mis fotografías preferida. Creo necesario dar a conocer como se desarrolla la vida en este medio, desconocido en gran parte y de vital importancia. Pretendo también con este tipo de fotografía reivindicar este modo de vida, sin duda muy sacrificado y poco valorado. Y también pretendo reivindicar con ello, el modo de cría animal en este medio rural, muy lejos del modelo industrial, donde los animales son explotados y con una vida indigna. Este año saqué unos calendarios donde pretendía reflejar esto, algunas imágenes ya las conocéis pero otras ya las iré mostrando, y también muchas otras que he ido recopilando en mis andanzas. 




Os hablé unas entradas atrás, de un pequeño y simpático personaje con el que pretendía acercaros y a través de el, a este mundo. Un cachorrillo, Luisito, aunque en realidad es una pequeñaja y muy traviesa..., que vive y comparte vida con otros personajes en un campo extremeño. 



Intentaré hacer esa entrada que ya os comenté, o al menos enseñaros imágenes que lo muestren poco a poco. Os dejo hoy esta imagen que refleja el día a día de esa vida en el campo.


Gracias por vuestra visita.