martes, 4 de agosto de 2015

No sé a ustedes...


No sé a ustedes, pero cuando ya entramos en el mes de Agosto aquí en el sur, hay algo que  me empieza a inquietar. Es un inquietud agradable, una sensación que me va invadiendo conforme el verano pasa, como si durante todo el año estuviese esperando ese placentero momento que está por llegar y que ya se encuentra a la vuelta de la esquina. Cuando va mermando el calor, y cuando las nubes vuelven a aparecer. Ya hace tiempo que los girasoles se secaron, y los pastos ya están segados incluso labrados. Los cieleos empiezan a barruntar algo, y el aire es más húmedo, más puro. Ya sé, aún quedan días de estío, y de levante, y de mucha calor, pero ya los días son más cortos, y cuando cae la tarde, vuelve esa bonita y melancólica sensación... 


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