Si lo confieso, parte de la culpa de mi pasión por la naturaleza la tiene Heidi, si Heidi aquella niña que se fue a vivir a los Alpes con su abuelo de largas barbas blancas, y que vivía en una cabaña perdida en la inmensidad de aquellos hermosos parajes de los Alpes suizos. Si recuerdo como la envidiaba, yo quería ser como ella y estar allí perdida rodeada de cabras, y siguiendo a cualquier animalito que se me cruzase... Ay..., yo sentía lo mismo que esa niña os lo aseguro... Pero ahora, ahora ya tengo mis propios y particulares paraísos, si es cierto que me gustaría vivir en los Alpes no os digo que no, pero creo terminaría echando de menos, esos hermosos rincones que visito de vez en cuando. Cuando llevo tiempo sin verlos los necesito, necesito verlos necesito palparlos, necesito sentirlos necesito respirarlos... Entonces me vuelvo a sentir como esa niña, a la que cualquier detalle le fascinaba y se le perdía la cabeza cuando estaba en ese lugar, ese lugar que sentía, en lo más profundo de su corazón...

Este blog está destinado a todo aquel amante de la naturaleza y la fotografía, mis dos grandes pasiones. A través de el os mostraré mis experiencias en mundo natural, encontrarás información sobre espacios naturales, especies de fauna y flora y fotografías de naturaleza en general. Espero que disfrutes viendo este espacio, y si lo deseas, participes dejando algún comentario. Gracias por tu visita.
martes, 30 de julio de 2013
jueves, 4 de julio de 2013
Mamá borrega
Mamá borrega resguardaba a su recién nacido entre sus patas, con mirada firme y alertada, no separó la vista ni un segundo de esos individuos que deambulaban junto a ella. No es para menos, le dije a la mamá borrega, entiendo esa actitud desconfiada, pues los humanos podrían robarte a tu bebé para comérselo bien horneado. Tranquila mamá borrega, no robaremos a tu bebé, corre y ve tranquila con él. No necesito comerme a tu cordero pues no tengo ninguna necesidad de ello, tengo alimentos suficientes y exquisitos de sobra, como para arrancar de tu lado a un ser recién engendrado. Corre y estate tranquila mamá borrega, por mi parte ningún cordero será aniquilado.
Después de darse a la huida, mamá borrega se detuvo a lo lejos con su precioso corderito tras de ella, me miró entonces más relajada, pues ya se encontraban a salvo ella y su retoño.
Aunque si os digo la verdad, creo que no fue solo la distancia lo que le tranquilizó, creo que sí, mamá borrega me entendió...
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