De toda la serie que llevo publicando desde hace tiempo, con la intención de denunciar y mostrar el espeluznante número de vidas de fauna silvestre que se cobra el monstruoso entramado de carreteras, creo este momento es el que me causó mayor tristeza. Esta cría de meloncillo había sido atropellada al poco de encontrármela. Lo comprobé al palparla ya que aún estaba caliente. Cuando me bajé del coche y me acerqué, pude escuchar a la madre que permanecía en el matorral del arcén, seguramente esperando que su cachorro le siguiese como siempre, pero esta vez no acudía. Era una pequeñita hembra de apenas dos meses. Estaba intacta y tenía los ojos abiertos, parecía que me estaba mirando y en cualquier momento se iba a mover, pero ya no lo hizo.
Cachorro de meloncillo recién atropellado en la sierra de Cádiz
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