Es muy posible, que a gran parte de ustedes igual que a mí, cuando se hace mención a plantas carnívoras, nos venga a la cabeza la imagen de aquel ser, que con ironía era representado en cómics o en películas, como una aparente e inofensiva plantita que con el tiempo crecía y crecía hasta alcanzar un tamaño descomunal, y cuyas hojas terminaban en grandes bocas decoradas de temibles y afilados dientes, y capaces éstas de atrapar y comerse de un bocado a cualquier humano que se le acercase... Curiosamente sí, esa era la divertida imagen con la que siempre se representaban a estas especies del mundo vegetal... Aunque muy lejos de esa imagen ficticia que tan buenos ratos nos hizo pasar, si es cierto que existen las plantas carnívoras, pero nada tienen que ver con esas grandes bocas impregnadas de colmillos y que comían personas...
La Drosophyllum lusitanicum es una pequeña planta, aunque a veces alcanza gran dimensión, que crece en el sur peninsular, y que como ya he comentado es capaz de soportar condiciones bastante duras, tales como ciclos de sequía o terrenos especialmente pobres. Normalmente la encontramos formando colonias y terrenos duros como la misma roca. Esta capacidad es la que la hace competir con otras plantas. Y aunque aparentemente sea una planta que requiere pocos nutrientes, realmente no es así, pues la energía necesaria para vivir la obtiene, no únicamente a través del suelo y la fotosíntesis como cualquier planta, esta planta evolucionó para poder obtener esos nutrientes que no existen o son escasos en el medio que habita de otro suministro diferente, siendo este suministro los insectos que atrapa a través del mecanismo desarrollado en sus hojas y tallos...
Cómo podéis observar en las fotos, sus hojas que se presentan delgadas y alargadas, se enrollan en los individuos jóvenes dando esa apariencia de tentáculo de pulpo. Estas hojas están completamente recubiertas de glándulas digestivas, con forma peduncular y terminadas en esas pequeñas bolitas de color rojo que podéis observar, y que segregan un líquido viscoso y pegajoso, con el cual atrapa a sus presas. Una vez que el insecto es atraído a la planta gracias al olor que también desprende este líquido pegajoso, este es retenido cada vez más sin poder despegarse y desprenderse de él, momento en el que entran en acción otras glándulas situadas en la piel de la hoja y que empezarán a descomponer el alimento...
Y sí, el día que las fuimos a visitar ya habían florecido, ese día aún estaban cerradas pero no dejaban de estar preciosas...
No, no es la misma imagen de aquella planta carnívora de los cómics y de la gran pantalla, era una inofensiva planta que no sobrepasaba mis tobillos, y que no tenía grandes bocas ni grandes dientes afilados, y que simplemente permanecía inmóvil a la espera de la llegada de su alimento, necesario este para sobrevivir... Aunque queridos amigos, esperemos que este lindo escarabajillo de aquí abajo y plácidamente posado en su flor, saliese victorioso y consiguiese huir de sus tentáculos...
Como siempre, gracias por vuestra visita...
3 comentarios:
Las fotos de esta entrada nos han gustado mucho. Son preciosas y están perfectas de luz, color y composición, pero lo que nos encanta es el texto. Interesante y ameno. Enhorabuena.
Saludos,
Lourdes y Jesús
Hola Esemeralda, de nuevo por aquí leyendo tus interesantes y entretenidas entradas acompañadas de excelentes fotografías.
Caramba con la plata carnivora, jejejeje.
Besos
Coincido plenamente con lo comentarios, una excelente fotografía hilvanada con comentarios con que demuestran una gran capacidada divulgatíva.
Enhorabuena guapa!
Publicar un comentario