jueves, 30 de mayo de 2013

martes, 28 de mayo de 2013

Digitalis

Digitalis purpurea es el nombre científico de esta bonita planta que florece en el mes de Mayo. Es una planta bianual, esto significa que tiene una vida de dos años desarrollando en el primer año únicamente una roseta de hojas, en el segundo año desarrollará su floración, que consiste en un racimo de flores colgantes con forma de campanillas y color rosa intenso.


Digitalis purpurea coloquialmente ha sido denominada con una variada lista de apelativos, algunas de ellas especialmente curiosos, como los siguientes: 

Chupamieles
Dedal de la doncella
Dedales de monja
Calzón de cuco
Bragas de cucu
Calzones de zorra
Dedillos de Dios
Emborrachacabras
Lobera
Mata de lagartija
Gualdaperra
Campanas de San Juan


Aunque de apariencia muy atrayente, la Digitalis es una planta seriamente tóxica si se ingiere, quizás esta es una de las razones por las que no es atacada por el ganado y siempre permanece en perfectas condiciones. Sin embargo, si es utilizada con las dosis correspondientes en farmacología para algunos tratamientos de corazón.

Y para terminar, os dejo una curiosa leyenda sobre esta preciosa planta que me ha llamado la atención:

"Su nombre popular en inglés, "Gorros de hadas", nos da una pista de su asociación con hadas y duendes, al igual que otras plantas como el "serpol". Se dice que crecen en las colinas en cuyo subsuelo moran las hadas y que cualquier claro de bosque en el que haya digitales es el lugar idóneo para que las hadas bailen las noches de luna llena. En Gales, las mujeres hacían un tinte con las hojas, con el que pintaban los signos protectores en el suelo de la casa. En algunas regiones de España, siguen utilizándose para adornar las puertas de las casas y evitar que entren en ellas las brujas"

Así que..., prestad atención en los claros de bosque con digitalis los días de luna llena, puede que nos llevemos alguna sorpresa....

Como siempre, gracias por vuestra visita.

jueves, 9 de mayo de 2013

El zorro

El zorro rojo (Vulpes vulpes) conocido también como el raposo, es un mamífero carnívoro agrupado dentro de la familia de los cánidos. De porte mediano y aspecto parecido al del perro, posee grandes y erguidas orejas, hocico fino, y un bonito y suave pelaje acompañado de una voluminosa cola. La ostentación del hombre por lucir su preciada piel, fue y sigue siendo uno de los motivos por el que el raposo es objeto de persecución y caza, por ejemplo en las crueles monterías con perros que hasta hace muy poco tenían lugar en Reino Unido. 

En nuestro país se distribuye por toda la península ibérica, ausente en islas Baleares y Canarias. Su alimentación es bastante amplia, roedores, aves, insectos y diversos frutos silvestres componen la base de su dieta, aunque en los últimos años los vertederos de basura se han convertido en un descontrolado suministro de alimento para esta especie, lo cual ocasiona su proliferación y desequilibrio en el medio. Este mamífero carnívoro, personaje de innumerables cuentos, mitos y leyendas, al que la astucia y la capacidad adaptativa a infinidad de medios le ha valido para sobrevivir, también le ha acarreado su mala fama desde antaño y por ello sido considerado alimaña y exterminado.  En la actualidad sigue siendo muy detestado dentro del  sector cinegético, quienes le atribuyen la culpa de pérdidas de caza y quienes continúan dándole caza indiscriminadamente, para ello, haciendo uso masivo de artes ilegales de  control de depredadores totalmente prohibidas, como el cepo, el lazo, y el veneno. La fatalidad de esto radica en que no se consigue únicamente su exterminio sino el cruel exterminio de infinidad de fauna, cayendo en lazos y cepos todo tipo de especies protegidas, como el tejón, el gato montés o el lince ibérico, y siendo envenenadas en cadena infinidad de aves rapaces como el águila imperial o el alimoche, cruelmente y sin piedad.

Foto: Zorro caído en un lazo colocado estratégicamente en una malla cinegética. Tras la incesante lucha por liberarse de nada sirvió, pues el lazo poco a poco fue causándole heridas y estrangulándole hasta provocarle una agonizante muerte.  Foto realizada en la sierra de Cádiz, zona lincera.