Cuando un árbol muere, no muere de verdad. Se produce una sucesión de la vida. Esta paradoja tiene su explicación, y es que cuando un árbol muere surgen un sinfín de vidas entorno a el. Microorganismos comenzarán su descomposición, la materia orgánica caerá y formará un suelo lleno de nutrientes que se incorporará al ciclo de la vida. Un suelo rico en materia y lleno de biodiversidad, un suelo en el que muchas especies crecerán y vivirán. Los viejos tocones y ramas, servirán de refugio a multitud de especies, micromamíferos, y medianos mamíferos también, usarán sus huecos y criarán en ellos. Las aves entre ellas las rapaces nocturnas como el cárabo, anidarán en sus oquedades o dormitarán en ellos. Los picapinos seguirán taladrando sus viejos troncos y usando sus huecos para anidar...
Y es que un árbol muerto, no está muerto, tiene su función en la naturaleza porque produce vida. La naturaleza es sabia, y en ella todo tiene un verdadero y lógico sentido.
3 comentarios:
Muy bien reflejado Esmeralda. También el coleóptero morimus asper utilizara esos árboles ¨muertos ¨,reflejo de una buena gestión forestal. http://biziariklik.blogspot.com.es/
Me encanta tu blog! Tus fotografías son muy bonitas y lo que escribes igual.
Graciass Carla!
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