Cuando veo una vaca retinta, inmediatamente me viene a la cabeza, la sierra, el monte bravío, y las duras condiciones que allí se dan... Estoy segura que muchos de vosotros si habéis paseado en al alguna ocasión por, por ejemplo el PN los Alcornocales, no es extraño que os hayáis topado con un grupo de vacas retintas tumbadas en medio del camino, plácidamente y cuidando de sus terneros... Con sus grandes y puntiagudos cuernos en alza, mirándote a ver qué vas hacer... Y tú mirando a la vaca como suplicándole que se quite del camino por favor, que no tienes otro lado por donde pasar... Entonces, cuando ya estás a casi un metro, con las mosca detrás de la oreja por si a la vaca le da por defender a su lindo ternerito recién nacido allí cercano..., la vaca tranquilamente decide levantarse y meterse en el abigarrado monte lleno de pinchos, y por donde tú no te atrevías a pasar ni por asomo si es que no querías salir con arañazos, púas clavadas, y puede alguna zarza enganchada y un precioso siete en la ropa...
Sí, así es esta raza de ganado, tan reluciente y brillante de color rojo tintado, del mismo color que los alcornoques recién descorchados. Una vaca dura, agreste, y que se adapta perfectamente a este tipo de terreno y a duras condiciones de temperatura y humedad . Pero lo curioso es que no solo la encontrarás allí, en ese ambiente tan dificultoso, también es muy común encontrarla a las orillas de la misma playa, paseando, tumbadas también, soleándose..., y respirando la brisa marina... Un contraste de ambientes muy marcado, pero totalmente adaptada...
En la imagen una bonita representación homenajeando a esta raza de ganado vacuno, la raza retinta. Ya sabes, si alguna vez vas a Conil de la Fra., no dejes de visitarlo 😉.
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