¿Qué le están pasando a nuestros gorriones? ¿Qué le están pasando que desaparecen?
Recuerdo que de pequeña, en el patio del colegio, muchos de los pollitos caían al suelo de los nidos que los gorriones padres instalaban en las altísimas palmeras. Algunos ya los encontraba devorados por las hormigas, pero otros aún permanecían vivos. En más de alguna ocasión los recogía y me los llevaba a casa, como muchos niños habrán hecho. Con una mezcla a base de pan rallado, huevo duro y agua, y algunas simientes, hacía bolitas que con una pinza les daba minuciosamente a estos insaciables tragones. Poco a poco empezaban a echar las plumas y a pegar pequeños saltitos, y a dar sus primeros vuelos recorriendo el pasillo y habitaciones de la vivienda. Tengo especial recuerdo de uno al que llamé Pichí, como siempre influenciada por mi ídolo Heidi... A Pichí le cogí mucho cariño porque me lo llevaba al campo, lo soltaba y cuando le llamaba acudía rápidamente a mi hombro o mi cabeza. Recuerdo cuando aprendió por sí solo a capturar arañillas e insectos que buscaba entre las hierbillas y la tierra, y yo lo observaba entusiasmada. Qué recuerdos más bonitos...! Un día desapareció, lo solté y le llamaba pero no volvía, era primavera y todos las aves se encontraban alborotadas... Sinceramente, yo creo que Pichí se buscó un ligue al que prefirió antes que a mí.
Creo que es muy triste que los niños ya no puedan seguir salvando pollitos de gorrión, darles de comer y verles crecer, porque están desapareciendo. Nuestros gorriones que siempre nos han acompañado en el campo y en las ciudades, desaparecen. Comen y respiran lo mismo que nosotros comemos y respiramos, y ya no aguantan más, desaparecen porque los estamos intoxicando. Nos avisan de que hemos llegado al límite y que tenemos que solucionarlo ya.
Por supuesto que en nuestras manos está el evitarlo contribuyendo con nuestro granito de arena. ¿Cómo?, pues contaminando menos, intentando consumir ecológico para evitar esa agricultura industrial que tanto daño está haciendo a la naturaleza con sus pesticidas, usando menos el coche que tantos contaminantes produce, evitar el consumismo que tantos y tantos residuos genera... Hay muchas maneras de contribuir a tener un medio menos contaminado e intoxicado como el que cada vez más estamos propagando, y que está enfermando la tierra, el agua y el aire, y si estos enferman, nuestras especies y nosotros mismos también.
Ojalá, sigamos escuchando y viendo revolotear a nuestros gorriones, y sigan criando en las palmeras de las ciudades. Por que cuando dejemos de verlos, puede que ya sea demasiado tarde.
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